EL VIAJERO: AZOTEA CON CLÁSICA VISTA MADRILEÑA
- restaurantesycafes
- 17 dic 2017
- 3 Min. de lectura
En esta ocasión nos hemos ido a descubrir un nuevo bar-restaurante al corazón del Madrid de los Austrias. Su ubicación junto al metro de la Latina y la cercanía al centro de la ciudad lo convierten en un lugar estratégico.
Nada más entrar, el local desprende buen ambiente, joven, pero algo bullicioso los fines de semana. Tras recorrer las tres plantas del local llegamos a la asombrosa azotea con vistas a la iglesia de San Francisco. Una suerte poder encontrar hueco. El local se lleva un 9, las vistas un 11, pero el servicio comienza a restarle puntos a la nota media de El Viajero. Nada más llegar y sentarnos nos preguntan qué deseamos, como si conociéramos la carta tanto de bebidas como de comida. He de advertiros que pese a los precios que ponen en la carta, las bebidas, o al menos parece ser que (algunas) se incrementan 50 céntimos al estar en la terraza.

Pero hablemos más concretamente de la carta. Podemos resumirla en dos palabras: breve y algo cara. Es cierto que en esta zona de la Latina los precios son algo elevados, sin embargo me parece excesivo pagar 20€ por una docena de croquetas que pasarán por tu paladar sin pena ni gloria. Las “bravitas”, unas 15 por ración rondan los 5€, la presentación es diferente y original, pero sigo insistiendo en que he probado bravas con una calidad semejante a un precio inferior y con mayor cantidad. Como platos principales encontramos “de la parrilla” donde ofertan entre otros solomillo o medio kilo de lomo alto trinchado por 28€; “entre panes”, cuatro tipos de bocadillos -a mejor precio que los entrantes, desde los 5 a los 8€-; y hamburguesas, dos grandes muy básicas por 12€ y dos mini por 3€. Nuestro mejor momento, el postre, caro, sus “finales felices” alcanzan casi los 6 euros por una porción de los clásicos postres: cheese cake, carrot cake y coulant de chocolate.
El servicio, como ya he comentado, deja que desear. Espero que tengas suerte y que seas el afortunado al que le ponen un aperitivo con la bebida; y no pienses quedarte horas ahí hablando mientras consumes, esto parece molestarle al camarero si hay gente esperando a poder sentarse.

En resumen, la comida bien presentada, deliciosa, pero poca variedad y cara; el servicio, muy mejorable; las vistas de la terraza, insuperables; el local, bien decorado, de estilo industrial; y el ambiente animado, sobre todo en la segunda planta, donde la música se eleva. Además, los distintos espacios del local se reservan para bodas, rodajes, cumpleaños, reuniones privadas y eventos de todo tipo.
Situado en la Plaza de la Cebada, 11, El Viajero cuenta con página web propia: http://www.elviajeromadrid.com, donde se pueden realizar reservas, un punto a favor y a tener en cuenta. El horario del establecimiento varía según la zona del local, siendo la azotea el lugar que menos franja horaria ofrece. De todos modos, durante las mañanas y las tardes la primera planta está dedicada en ocasiones a talleres y es en esta zona donde se ofrece una extensa carta de tartas, tés, cafés y cócteles, donde la estrella es el mojito. Es ya al caer los últimos rayos del sol, cuando la noche comienza y la azotea es el lugar perfecto para cenar, o si lo prefieres, disfruta de uno de sus cócteles en los grandes ventanales de la segunda planta con las insuperables vistas a la Plaza de la Cebada.
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